ahora, a quien amas?
Buscas su cara en las ruinas
Su sombra en el fango
Queriendo arrebatarla de tus sueños
Añorando dias pasados

Tu eres quien ha ceñido su futuro
Quien ha quemado su pasado
Quien destruye su presente

Nadie oirá tus gritos
No vendrán a liberarte
Es ella a la que quieres
Esa vida que perdiste.

lo recuerdas?

Esos cuentos musitados esas tardes calidas
Esas manos entrelazadas recorriendo cada uno de esas calles
Música, canciones acompañando la felicidad, la macorina
La humedad de los besos por las pequeñas gotas de lluvia
Ese caminar ciego con los ojos vendados
Bellas pláticas, noches de café
Estrellas mirando cada una de esas caricias
Caricias lentas, besos húmedos, miradas fijas
Lo recuerdas?
Por que cada dia mi memoria se extravía y llega ahí a esas tardes a esas noches…

voces

Sus manos sostenían fuertemente la almohada encima de su cabeza tapándose los oídos, pero el sonido continuaba, no podía concentrarse, siempre aislada, ensimismada; las voces siempre estaban, ni la música ni los ruidos los cesaban, esas voces continuaban, aun en sueños las escuchaba, interrumpían su dormir, no podía ni conciliar el sueño, poco a poco se fue convirtiendo en un zombi sin expresión, el sonido de esa pequeña voz iba en aumento. A todas horas estaba presente, aconsejando, maldiciendo, siempre con ese dolor en los oídos, a veces hablaba con esa pequeña voz y esta le contestaba, no sabia si se estaba volviendo loca pero la gente ya la miraba como tal, un dia la voz no paro de hablar y el dolor de los oídos era tal que pereciese que le taladraría el cerebro, la sangre escurría hasta su cuello, al punto del desmayo llego a un hospital de inmediato la condujeron a una sala de operaciones en donde el doctor le extrajo de sus oídos un pequeño y gordo gusano que se alimentaba de sus ideas.

un cuerpo inerte...

Algun dia camino, algún dia vio, rió, lloro, ahora no es nada, ahora ya no existe, ya no esta, y ese hueco quien lo cubre? Quien ocupará su lugar?, ahora su mirada es fría, atrapada en esa caja estará en las penumbras de la oscuridad debajo de esa tierra que la cubrirá ; eso pasaba por mi mente al ver como bajaban su cuerpo esas ideas fueron interrumpidas por los llantos, los gritos provenientes de las almas que la reclamaban , esos dolorosos alaridos salientes de esas gargantas desgarradas, lo funesto, lo lúgubre flotaba en todo el aire al igual que el polvo que cubría su caja.
Su cara estaba apacible, tranquila, como en un profundo sueño, sus manos quietas encima de ella, hubiese querido sacarla, sentí que ella lo pedía, pero no fue así solo retrocedí y acepte que no estaba mas ahí, hubiese querido llorar y gritar como todos, pero mis lagrimas no brotaron, por que no remedian mis lagrimas su ausencia, por que contra la muerte no hay batalla.

el paraiso terrenal y el infierno...

Recuerdo haber entrado a la habitación, una habitación grande bien proporcionada; al abrir la puerta lo primero que encontré fue ese sofá blanco de piel, donde el y yo compartimos sueños, aventuras, felicidad y soledad, encima del sofá estaba su pintura favorita el cuadro del paraíso terrenal y el infierno cuadro que siempre trato de descifrar, en la mesa encontré las velas derretidas, como si toda la noche hubiesen estado prendidas, en el piso había una botella vacía de vino tinto, su vino favorito, al dar la vuelta y entrar a la cocina encontré que había pintado la cocina como la pintura de bosco, entonces las peores cosas pasaron por mi mente y corrí a su cuarto, ese cuarto con historia, ese cuarto que ha sido nuestro confidente, ese cuarto que si hablara que no contaría de nosotros, de nuestras almas, de nuestros ser, de nuestros olores.
Pero no lo encontré, solo encontré la cama destendida y el toca disco prendido.
Seguí buscando y lo encontré ahí en la tina de baño, el estaba desnudo, con la mirada perdida, con sus ojos cristalinos, sus ojos ya no tenían ese brillo especial, ese amor que le profesaba a todo lo que veía , cuando me acerque a la tina vi que toda estaba llena de sangre, el estaba frió, su alma había escapado de su carne, como tantas veces lo había deseado, por fin se había liberado, me acerque y lo abrace y llore hasta ya no tener ningún sentido funcionando, hasta que mi alma salio de mi cuerpo para acompañarlo, solo era un cuerpo vació abrazando a otro cuerpo inerte.
Entonces desperté y me vi ahí en nuestro cuarto, en nuestra cama y pensé que todo había sido una horrible pesadilla y me sentí feliz de que estuviera a mi lado, al volver mi mirada hacia el, ¡el no estaba!
Lo encontré ahí en la tina de baño…